
Cuando el niño recibe una carta personalizada, escrita por su Rey Mago favorito, el cual le reconoce por su esfuerzo, amabilidad o valentía, se siente visto y valorado.
No es solo ilusión: es autoestima.
Nuestra carta habla directamente de lo mejor de él o ella, con un lenguaje afectuoso y firme. Refuerza cualidades positivas y genera una conexión emocional profunda.
Acompañarla de un certificado, un carnet de paje o un audiocuento amplifica esa sensación.
Además, el hecho de que venga firmada por un Rey Mago potencia el reconocimiento simbólico. No es un elogio cualquiera… ¡es mágico! Y por eso, los niños la guardan.
Porque cuando se les reconoce por lo que son, el recuerdo dura toda la vida.
Quedan:
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Para el día de Reyes Magos